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FotoBirding en Sant Adrià de Besòs
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jueves, 20 de marzo de 2025

Lluvia y Aves en la Desembocadura del Río Besòs

Amaneció con un cielo plomizo y una lluvia persistente que envolvía la costa barcelonesa en una densa bruma. A pesar del mal tiempo, no pude resistir la llamada de la barra de arena en la desembocadura del Río Besòs, un enclave ornitológico que siempre sorprende con su biodiversidad.

Las olasrompían con fuerza sobre la barra, mezclando las aguas del mar con las del río. La bruma era tan espesa que las tres chimeneas de Sant Adrià de Besòs apenas se intuían, difuminadas como sombras en el horizonte. Aunque las condiciones no eran las mejores para fotografiar, el ambiente tenía una magia única, cargada de intensidad y dramatismo.

Entre los restos de cañas y ramas esparcidos por la arena, junto a un alarmante número de toallitas higiénicas arrastradas por el río, un Tringa totanus (Archibebe común) se convirtió en el protagonista inesperado. Este limícola, con sus patas rojizas y movimientos elegantes, exploraba la zona en busca de alimento, indiferente al caos que lo rodeaba: un mar revuelto y un cielo que parecía a punto de desplomarse.

A pocos metros, un grupo de gaviotas desafiaba el temporal con estoicismo. Entre ellas, unas cien gaviotas cabecinegra destacaban por su abundancia, una cifra poco habitual para este lugar. Junto a ellas, las comunes Larus ridibundus (Gaviota reidora) y varias L. audouinii (Gaviota de Audouin) completaban la escena. Esta última, una especie emblemática del Mediterráneo, añadió un toque especial al avistamiento, especialmente porque uno de los ejemplares portaba una anilla en el tarso con el código "CS4S", señal de que está siendo monitoreada para estudiar sus movimientos.

A pesar de los signos de degradación, la desembocadura del Besòs sigue siendo un refugio crucial para las aves migratorias. Sin embargo, los residuos como las toallitas higiénicas, que el río arrastra hasta la costa, representan una amenaza seria: pueden ser ingeridos por las aves o enredarse en sus patas, causando daños graves. 


Un solitario Tringa totanus (Archibebe común) busca alimento en la barra de arena de la desembocadura del Río Besòs, rodeado de toallitas higiénicas y restos de cañas arrastrados por el río. La contaminación antropogénica es un recordatorio de los retos que enfrentan las aves en estos hábitats costeros.

El Tringa totanus (Archibebe común) se mueve con elegancia sobre la arena húmeda de la desembocadura del Besòs, mientras las olas rompen con fuerza en un día de mar embravecido. Su presencia solitaria contrasta con el caos del entorno.
La barra de arena en la desembocadura del Río Besòs, bajo un cielo encapotado y brumoso, con las tres chimeneas de Sant Adrià apenas visibles. El mar revuelto y las olas rebasando la barra crean un escenario dramático, perfecto para observar aves en su lucha por sobrevivir.

El mar embravecido en la desembocadura del Río Besòs, con olas que erosionan la barra de arena, un refugio vital para las aves migratorias.

Una Larus audouinii (Gaviota de Audouin) descansa sobre las rocas de la desembocadura del Besòs, luciendo una anilla con el código "CS4S" en su tarso. Anillada hace 4 años en Barcelona.

Un grupo de gaviotas,  Ichthyaetus melanocephalus (Gaviota cabecinegra) como protagonistas, se congrega en la barra de arena del Besòs. Junto a ellas, Larus ridibundus (Gaviota reidora), posadas en la arena. 


- Todas las imágenes PacoTorres © del día 20.III.2025  en  Sant Adrià de Besòs . 

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