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FotoBirding en Sant Adrià de Besòs
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martes, 23 de septiembre de 2025

Cuando la Naturaleza compite con un 'hub' internacional



La postal de hoy en los Espais Naturals del Riu (entre Cal Tet y Cal Nani), con apenas aves a la vista, no se explica únicamente por las obras de vaciado de vegetación en los calaixos de depuración. Es, sobre todo, el reflejo de una tensión que nunca se disipa: la convivencia forzada entre uno de los espacios de mayor biodiversidad de Cataluña y una de las infraestructuras más ambiciosas del país, el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat.

El mismo cielo que surcan flamencos, garzas y chorlitejos es atravesado, día tras día, por cientos de aeronaves. Solo en 2024, más de 347.000 operaciones aéreas –unos 950 vuelos diarios entre despegues y aterrizajes– han convertido el Delta en un territorio donde el silencio natural casi siempre queda ahogado por el rugido de los motores. El tráfico aéreo ya no es un telón de fondo: es una presencia omnipresente, que altera ritmos de vida, rutas migratorias y dinámicas ecológicas.

Desde hace años, los planes de ampliación del aeropuerto amenazan con llevar esta tensión al límite. El objetivo: transformarlo en un gran hub intercontinental. El riesgo: la destrucción irreversible de humedales como La Ricarda, un enclave esencial para miles de aves residentes y migratorias. No lo dicen solo los ecologistas: los estudios técnicos lo confirman. Aun así, mientras los proyectos se discuten en despachos y consejos de administración, la fauna resiste en los márgenes. El zampullín que se zambulle en busca de alimento, el martín pescador que aún recorta su silueta azul sobre el agua, los chorlitejos que tantean la orilla… pequeñas señales de vida que recuerdan que este espacio todavía late.

Y sin embargo, la pregunta incómoda se impone:  ¿Nos acostumbraremos a un Delta reducido a un decorado, donde la naturaleza sobrevive solo en retazos? Quizás lo que vimos no fue únicamente la consecuencia de unas obras puntuales, sino un anticipo del futuro inmediato: un futuro en el que los ecosistemas deberán disputarse, palmo a palmo, su lugar frente al crecimiento imparable de la maquinaria aérea y la lógica del desarrollo económico.

Collage de Cal Tet con algunas especies observadas.


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