En la desembocadura del Parc Fluvial del Besòs, ya se nota el regreso de los cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo). Esta mañana varios ejemplares volaban aguas arriba, siguiendo el cauce del río, como si inspeccionaran su territorio invernal. Cada año, por estas fechas, los primeros grupos llegan desde el norte y empiezan a ocupar las zonas de pesca y descanso habituales en la ribera.
El cambio de luz, las temperaturas más suaves y el aumento del caudal parecen marcar el momento. Algunos de estos cormoranes regresan fielmente al mismo tramo del río donde pasaron el invierno anterior. No sería extraño que entre ellos estuviera aquel anillado que apareció en Sant Adrià procedente de Suiza.
Durante estos días, al amanecer o al final de la tarde, se les puede ver buceando entre aguas tranquilas o posados en los márgenes con las alas abiertas para secarse. Su silueta negra recortada contra el cielo es inconfundible, y pronto se harán parte del paisaje fluvial. Los adultos muestran plumaje oscuro y brillante, mientras que los jóvenes y hembras conservan tonos más pardos y el vientre claro, fáciles de distinguir cuando descansan juntos.
Como cada otoño, la llegada de los cormoranes marca el inicio de la temporada invernal en el Besòs. En años anteriores ya he podido documentar sus primeras apariciones y sus técnicas de pesca en esta misma zona, donde el río y el mar se mezclan y ofrecen abundancia de presas. Todo apunta a que volveremos a verlos en acción durante los próximos meses.
Phalacrocorax carbo. Cormorán grande. Corb marí gros. Great Cormorant. |
Con las alas abiertas secando su plumaje. |
Tres Xemeneis y barra de arena en la desembocadura del r. Besòs. |
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