En medio del bullicio barcelonés, a veces se escuchan chillidos agudos que no provienen de las omnipresentes cotorras argentinas. Son las llamadas de la Aratinga ñanday (Aratinga nenday), también conocida como cotorra ñanday o loro de cabeza negra. Esta especie, originaria del Pantanal —una vasta región que abarca el norte de Argentina, el sur de Bolivia, el centro de Paraguay y el suroeste de Brasil—, ha encontrado en Barcelona un pequeño refugio urbano. Aunque no es tan común como otras especies exóticas, su presencia aporta un toque tropical a los parques y avenidas de la ciudad.
La información más reciente del SIOC (Sistema d’Informació d’Ocells de Catalunya) confirma que en Cataluña existen solo entre 1 y 5 parejas reproductoras, localizadas principalmente en el núcleo urbano de Barcelona, con registros esporádicos en otras zonas. Es, por tanto, una población mínima pero estable, que ha logrado mantenerse durante años a pesar de su reducido tamaño. Su estatus es el de resident localitzat, incluida en la Categoría E2 (especie exótica establecida localmente), y está protegida bajo la Convención CITES Apéndice II, lo que regula su comercio internacional.
¿Cómo llegaron hasta aquí estas aves? La mayoría procede del comercio de aves exóticas de los años ochenta y noventa, cuando era habitual ver aratingas en jaulas domésticas. Algunos ejemplares escaparon o fueron liberados, y con el tiempo formaron pequeños grupos capaces de sobrevivir y reproducirse. En Barcelona, se han adaptado bien a los árboles ornamentales, especialmente los plátanos de sombra y las palmeras, donde encuentran refugio, alimento y cavidades naturales para anidar. Se alimentan de semillas, frutos, flores y brotes, y a menudo se las puede ver explorando en pareja o en pequeños grupos.
Mi avistamiento reciente de dos ejemplares en el Parc de Les Glòries fue un auténtico regalo. Su plumaje verde brillante, los muslos con toques rojos y la cabeza negra contrastando con el azul del cielo creaban una escena tropical en pleno corazón de la ciudad. Verlas allí, moviéndose entre las hojas otoñales, es recordar que la biodiversidad se cuela incluso en los lugares más urbanizados. A veces, basta mirar hacia las copas de los árboles para descubrir un fragmento de Sudamérica sobrevolando Barcelona.
| Aratinga ñanday, ( en catalán nyandai, en ingles Nanda parakeet )posada sobre una rama de plátano de sombra, entre hojas otoñales. |
| Primer plano mostrando su característica cabeza negra y el plumaje verde brillante. |
©️ Todas las imágenes PacoTorres
📅 7.XI.2025
📍 Parc de Les Gloríes, Barcelona.
📷 NIKON P950

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