Durante las jornadas junto a la costa, el paisaje rocoso y tapizado de algas ofrecía un contraste perfecto para una de las aves más llamativas que he visto en entornos costeros: el ostrero euroasiático (Haematopus ostralegus). Difícil de pasar por alto, su plumaje bicolor, patas rosadas y ese pico rojo intenso como recién afilado lo convierten en una figura inconfundible entre las piedras húmedas y los bancos de algas.
Los vi caminar con paso firme entre las rocas, hurgando entre el fango o los restos de mareas en busca de moluscos, su alimento favorito. Algunos iban en pareja, picoteando con precisión quirúrgica, mientras que otros mantenían su vuelo raso sobre el agua, dejando ver el elegante patrón blanco de sus alas.
A pesar de su apariencia robusta, el ostrero es un ave sorprendentemente ágil. En el aire se desplaza con destreza, y en tierra se mueve con una mezcla de torpeza y gracia que resulta encantadora. Su pico, más que un simple instrumento, es una herramienta especializada para abrir conchas, rascar en la arena o incluso defender el territorio.
No fue difícil quedarse observándolos largo rato: su comportamiento metódico, su mirada intensa con ese ojo rojo que parece escudriñarlo todo, y el contraste de colores tan marcado que parecen diseñados por un artista gráfico. Son aves que no se ocultan: están ahí, visibles, audaces, reclamando su espacio en el ecosistema litoral.
Pareja de ostreros, ambos adultos. El ejemplar de la izquierda parece tener un plumaje más apagado y patas más pálidas: posiblemente un subadulto o joven del año anterior. El de la derecha muestra colores más vivos y pico más largo: adulto maduro, tal vez una hembra. Observaciones generales para determinar edad y sexo: Los ostreros juveniles se distinguen por su plumaje menos contrastado, con tonos pardos en lugar de negro intenso, pico anaranjado más corto y patas grisáceas. Sus ojos son oscuros y carecen del anillo ocular rojo típico de los adultos, y su comportamiento suele ser más cauteloso, siguiendo a los adultos de cerca. En los adultos, el plumaje es nítido y contrastado, con vientre blanco y partes superiores negras, ojos rojos brillantes, pico largo y rojo vivo, y patas de un rosa intenso. Suelen mostrarse más activos, vocales y dominantes, especialmente en grupos o durante la época de cría. Las diferencias entre sexos son sutiles: las hembras tienden a tener el pico algo más largo y el cuerpo más robusto, mientras que los machos lo tienen más corto y afilado. Estas distinciones se aprecian mejor al observar parejas juntas, sobre todo en época reproductiva. --- Todas las imágenes PacoTorres © Julio-2025 en Islandia. Entrada relacionada: Un ostrero en Sant Adrià (2012). |
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